Anteriormente, aprendimos que es a partir de 1960 cuando el mundo comienza su etapa económica más próspera en la historia y se inicia un crecimiento económico constante. El final de la Segunda Guerra Mundial marca un cambio de mentalidad en el que los países cambian el flujo de los recursos de manera que en vez de ir desde los países pobres hacia los ricos a través de la explotación, ahora se va a tratar de potenciar el desarrollo de los países cuya población estaba en situación de riesgo. 

    Se optó por propulsar primero la reconstrucción de aquellos quienes una vez recuperados podrían colaborar con esta ayuda al desarrollo. Así que en 1948, se anuncia la puesta en marcha del European Recovery Program, un programa a través del que Estados Unidos realizaría préstamos a una Europa muy castigada en la posguerra e impulsaría su recuperación. 

    Este proyecto pasaría a la historia como Plan Marshall al haber sido George Marshall, Secretario de Estado estadounidense, quien lo había diseñado. Los países europeos reciben más de 12.000 millones de dólares percibidos en porcentajes variables en función de participación en la guerra, población e industria. Ahora bien, ¿fue esto realmente una ayuda solidaria a un escape de la miseria global o fue diseñado teniendo más en cuenta intereses políticos o económicos?

    Con la perspectiva histórica de la que gozamos ahora, encontramos varios factores que hacen que el Plan Marshall luzca más como un callejón sin otra salida que una contribución altruista.  

Oposición a la expansión soviética

    En primer lugar, 1945 marca el inicio de la Guerra Fría entre el bloque occidental, liderado por Estados Unidos, y el oriental, liderado por la URSS. En ese año, se celebran dos conferencias internacionales: en Yalta se establece que Alemania quedará partida en cuatro zonas de ocupación por americanos, británicos, franceses y soviéticos; sin embargo, en Postdam, la comunidad internacional rectificará en lo acordado con Stalin y deciden agruparse las tres economías occidentales para intentar aislar a la URSS. 

   La política exterior estadounidense seguirá la denominada doctrina Truman cuya filosofía era suplir a los países mediante ayuda económica y militar para protegerlos frente a la expansión del comunismo. Así, en abril de 1948, despegan los paquetes de ayuda económica mediante el Plan Marshall y en 1949, se crea la OTAN como alianza militar occidental. A Estados Unidos le conviene ser un pilar de apoyo presente en Europa pues así conseguiría frenar la expansión de los soviéticos hacia el oeste. 

    Por su parte, la Unión Soviética reaccionó rechazando para sí misma y los países que se encontraban bajo su cúpula el programa Marshall, alegando que una herramienta imperialista estadounidense y tarde o temprano traería consigo una injerencia en la soberanía de los Estados. 

Fracaso de las indemnizaciones del Tratado de Versalles

    En 1919, queda firmado por los representantes políticos de las fuerzas aliadas y los perdedores de la guerra la Paz de Versalles, que puso punto y aparte (y no final) a una guerra mundial. El gran humillado en este tratado fue Alemania al tener que renunciar a sus colonias, ceder buena parte de sus territorios, ser desmilitarizada y pagar enormes indemnizaciones de guerra. No terminaría de saldar su deuda de 269 mil millones de marcos-oro hasta 2010, aunque en principio se había repartido en 42 anualidades. 

    El caso es que Alemania debía pagar las reparaciones por el daño causado por la guerra a Francia y Reino Unido principalmente y estos a su vez se habían endeudado con Estados Unidos por casi 9.400 millones de dólares para financiar los costes de la guerra y no iban a aceptar el cese de las indemnizaciones pues se pretendía con estas devolver a los americanos la deuda. Obviamente el gobierno alemán poco podría reparar habiendo sido confiscados sus territorios más rentables por la extracción de minerales, sus colonias y todo su equipo bélico.

    En 1923, Francia y Bélgica ocupan la cuenca minera alemana del Ruhr alegando el incumplimiento de los pagos impuestos por Versalles. Los alemanes en un intento de ajustar la balanza de pagos y financiar el déficit público que genera la deuda deciden monetizar ese déficit aumentando los billetes de marcos en circulación pues la miseria que vivía la población hacía imposible financiarlo mediante impuestos. Esto provocó un gran aumento de los precios que, al sumarse con que aumentaron los costes de producción de las empresas y el déficit que provocaba en la balanza de pagos la exportación de capitales, conllevaron al mayor problema de hiperinflación visto en la historia. Los trabajadores cobraran 2 o 3 veces al día y las mujeres salían corriendo a comprar con el dinero antes de que se devaluase la moneda. 

    En 1924, se propulsó el llamado Plan Dawes que trataba de estabilizar el marco mediante un préstamo internacional de 40 millones de dólares, aunque ya fue un poco tarde. En 1929, se produce el crack de la bolsa americana por la deflación estadounidense de la Gran Depresión. Hitler llegaría al poder en el 33 demonizando las políticas deflacionistas y denunciando una debilidad del gobierno que permitía que Francia tratase a Alemania como una de sus colonias. La mayoría sabemos lo que pasa después... 

    Tras la Segunda Guerra Mundial, no se imponen indemnizaciones a ningún país por el desastre económico que había supuesto anteriormente. El Plan Marshall da por sentado que una Europa fuerte sería más barata de mantener.

Impulso de la economía americana

    Por último, hay que anotar que una Europa devastada nunca podría importar productos de las empresas americanas y sabemos que la economía funciona a base de expectativas y confianza en el sistema. En la posguerra un país que era el acreedor del mundo ahora contaba con un 25% de familias que no podían sustentarse a sí mismas. ¿Qué mejor manera hay de arreglar el desastre que financiarlo con dólares y los productos nacionales? 

    En resumen, el cambio en el equilibrio económico a favor de Estados Unidos que supuso el fin de la Primera Guerra Mundial provocó que la potencia americana se convirtiese en el acreedor del mundo, lo que lejos de ser un peso supuso una ventaja para el dólar. Por tanto, aunque en parte gracias a él Europa pudo levantarse de la posguerra, el Plan Marshall tan sólo fue una herramienta más de la política americana.

Bibliografía

Para realizar este comentario, se incluye información extraída de los siguientes enlaces.

GlobalHisco

La Vanguardia: La Primera Guerra Mundial terminó hace 10 años