¿Qué es la economía circular?

    Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, el 2 de agosto de 2023 agotamos todos los recursos ecológicos que estaban previsto para todo el año, excediendo en un 74% de la capacidad de nuestros ecosistemas. 

    Sabemos que la economía es una ciencia que se caracteriza por el reparto de unos recursos escasos a unas necesidades ilimitadas, pero ¿y si estos recursos pudiesen volver al ciclo de producción y satisfacer otra vez las mismas necesidades o nuevas siendo un proceso infinito con los mismos materiales? Las necesidades no dejarían de ser infinitas, pero sí podríamos abastecer un número de ellas muchísimo mayor. 

    Esta es la filosofía que plantea la economía circular. En un mundo cada vez más superpoblado y donde se utilizan los recursos más rápido de lo que este se regeneran, supone el diseño y elaboración de un producto sostenible que tras ser usado por el cliente pueda ser reutilizado, reparado y reutilizado mediante la recogida de sus residuos que dan inicio al proceso de nuevo. En cambio las manufacturas de un sólo uso del modelo económico lineal generan residuos tanto por su producción como por su consumo. Por tanto, la responsabilidad de crear un modelo económico circular recae sobre ambos, productores y consumidores. 

    Así, la economía circular necesita de un sistema par devolver los residuos mediante canales y relaciones con los clientes, de manera que no cambian sólo las fases del proceso productivo, sino también la implementación de políticas públicas que dieran lugar a la educación e infraestructura que se necesitan para involucrar a la sociedad. 

Historia de la economía circular

    Como la mayoría de los conceptos, la economía circular ha estado presente en la sociedad mucho antes de materializar esta idea en una palabra. Por ejemplo, arqueólogos expertos han demostrado que las hachas ya usadas se usaban para fabricar objetos más pequeñas en el Paleolítico, o bien el reciclaje de la cerámica en el Neolítico.

    A finales del S.XVIII, los economistas clásicos se dan cuenta del círculo lineal de los productos al estudiar los límites del crecimiento. Adam Smith en la Riqueza de las Naciones (1776) anota que aunque la producción de un país pueda ser muy grande, jamás será finito. En 1798, Thomas Malthus expone la teoría poblacional que supone que el número de habitantes en el mundo crece más rápido que los recursos, de manera que no hay tiempo de que se regeneren.

    No obstante, no es hasta la segunda mitad del último siglo que los economistas dan con la noción de economía circular pues las tasas de crecimiento anuales constantes a partir de 1960 hacen que el planeta comience a escupir la sobreproducción y superpoblación en forma de fuertes y más numerosos desastres naturales hacia los 70. Fue Walter Stahel quien nos dibuja una idea por primera vez en 1976 a través del informe El Potencial de sustituir Mano de Obra por Energía para la Comisión Europea titulado  denominándola economía en bucle. Sin embargo, la reacción de los líderes políticos fue prácticamente nula entonces. 

    En 1990, Pearce y Turne definen por fin la economía circular en el manual escolar Economía de los recursos naturales y el medio ambiente. En 2013 la Fundación Ellen MacArthur, la consultora McKinsey y otras empresas importantes publican Hacia la economía circular que incluye un esquema que describe gráficamente el modelo económico circular. Por tanto, es en la década de 2010 cuando el concepto consigue calar en las empresas y la política. 

    Por su parte, el concepto sostenibilidad aparece por primera vez tan sólo hace 30 años por la necesidad de estudiar el impacto que tiene la actividad humana en el medio. Se refiere a un desarrollo económico que beneficie a las generaciones actuales y futuras sin dañar los recursos que nos ofrece nuestro planeta. En 1987 se incluyó en el Informe Nuestro futuro común realizado por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU, liderado por la Dra. Gro Harlem Brundtland. Fue necesario para la comprensión de políticos del mundo que este es finito y los recursos hay que utilizarlos de manera responsable.

Circularidad total: ¿utopía o alcanzable?

    A pesar de haberse consolidado el concepto y haberse entendido por gran parte de la población que es necesario un cambio de paradigma de desarrollo económico a uno más sostenible, según el informe Circularity Gap Report de la ONG Circle Economy en 2021 sólo el 8.6% de la economía mundial es circular.
    
    La dificultad de lograr una economía circular completa es la necesidad de que todas y cada una de las personas han de estar dispuestos a ello dado que el ciclo no funcionará si los personas se desentienden de los desechos de los productos una vez consumidos. Todos los actores deben interrelacionarse e involucrarse en el futuro de los residuos. 

    Para ello, han de llevarse a cabo decisiones estratégicas que incluyen a todos los agentes económicos. El Estado ha de implantar políticas públicas que haga funcional la infraestructura y servicios de la gestión de residuos, así como apostar por una educación que involucre a las personas en el cuidado de nuestro planeta. Además, las empresas deben ajustar el diseño y desarrollo de su productos haciéndolos más sostenibles, ecológicos o incluso biodegradables.

    Es cierto que es difícil llegar un modelo productivo circular en el que todos y cada uno de los desperdicios de productos consumidos puedan convertirse en materia prima que nuevamente entre en el ciclo económico, pero no es imposible. Es cuestión de innovar y desarrollar nuevas técnicas con restos de cualquier actividad humana. 

    Por ejemplo, el argentino José Aramberri emprendió en la fabricación de biotroncos mediante el orujo que le sobra a las sidreras al exprimir la fruta y así fundó Biot, una empresa que hace posible que el mismo árbol que nos da alimento, nos provea leña en invierno sin talarlo. También la venezolana Zoila Isabel Rondon se une a esta iniciativa reutilizando botellas de plásticos PET para hacer escobas y cuerdas para tender la ropa.

     Ser conscientes de que los recursos son finitos, nos ayudará como individuos a implicarnos en iniciativas sostenibles como moderar nuestro consumo, la reparación y reutilización de los productos y el reciclaje posterior. Asimismo, la lucha contra la crisis climática sin implicación de la instituciones políticas es simplemente ecología, por lo que como sociedad hemos de exigir a los responsables políticos que fomenten una economía circular. Todos juntos debemos poner punto y final a un modelo económico lineal y dar la bienvenida a una etapa más sostenible dejando de exprimir el planeta y comenzando a utilizar lo que nos brinda pensando en las consecuencias de producir.


Bibliografía

Para realizar este comentario se han consultado los siguientes enlaces: 

Economía circular: Historia y origen

Informe sobre economía circular y PYMES en España

Greentology: ¿Qué es la economía circular?

¿Sabes cuándo nace la sostenibilidad? 

Evolución histórica-epistemológica de la economía circular: ¿Hacia un nuevo paradigma del desarrollo?

WE&B: ¿Qué es la economía circular?

Walter R. Stahel: «Cuando les hablé de economía circular en 1976, fue decepcionante la nula reacción de los responsables políticos»